Este es un libro revolucionario y tal vez llamado a hacer historia.
En primer lugar por su argumento, que revela, a través de una intriga apasionante, el peligro que significa para las generaciones futuras el hecho de que se esté extrayendo petróleo a diez mil metros bajo el mar y bajo el fondo marino. Las técnicas de perforación aún no se encuentran suficientemente capacitadas para hacerlo, tal como demuestra el reciente incendio de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, y que ha provocado la mayor catástrofe medioambiental que se recuerda. Por desgracia, esas catástrofes se repetirán cada vez más a menudo.
Y en segundo lugar porque tras quinientos años de editar libros, el autor ha caído en la cuenta, tal como señala uno de los personajes de la novela, de que se pueden imprimir de una forma más sencilla, más cómoda, más práctica y menos costosa, ahorrando la tercera parte del papel y el peso sin reducir el tipo de letra.
Ello propiciará que se tengan que cortar solo la tercera parte de los árboles destinados a producir ese papel, lo que redundará de forma muy importante en la preservación de los bosques del mundo.
Tal vez el día de mañana alguien se sienta orgulloso por el hecho de tener en su biblioteca la primera edición del primer libro que se editó de una forma distinta.